Durante marzo los parques nacionales y los bosques a lo largo de los Estados Unidos echaron el cierre. En abril, muchos más lo harán debido al coronavirus. Las reglas de cuarentena todavía permiten que los estadounidenses salgan afuera, a diferencia de la gente en Italia o España. Sin embargo, los parques han cerrado para no exponer al personal así como para proteger a los voluntarios de rescate de montaña. La falta de seguimiento de las recomendaciones de distanciamiento social por parte del público y los senderistas con menos experiencia, acudiendo en bandadas a los parques nacionales, ha provocado un pico en llamadas de rescate de emergencia, poniendo a los trabajadores de rescate en riesgo de contraer el coronavirus.
A medida que el coronavirus se difundió en las ciudades urbanas en la costa este, muchas personas buscaron el aire libre de Appalachia como forma de distanciamiento social. Algunos están buscando alquileres a corto plazo para aguantar la pandemia. Durante un tiempo, se animó a los residentes de Washington D.C. a visitar Virginia Occidental porque “no había casos” en el estado – aunque los suburbios de D.C. de Maryland ya tenían un número creciente de casos. En el condado de Buncombe, en Carolina del Norte, los vuelos directos a Nueva York, Washington D.C. y otros, hicieron que Asheville fuera fácilmente accesible para los turistas.
Sin embargo, no se puede echar la culpa a los forasteros por el aumento del tráfico peatonal. A medida que muchos despidos toman efecto, muchos Appalaches se escapan a los senderos y a los parques para sobrellevarlo.
A medida que los visitantes de los parques aumentan, también lo hacen las llamadas a los voluntarios de rescate de montaña. La Asociación de Rescate de Montaña pidió a los visitantes que reduzcan sus excursiones debido a “un número incrementado de llamadas de auxilio”. Los corredores de senderos no deben hacer sesiones de ejercicio de 28 millas solos. Los excursionistas novatos no deben adentrarse en el bosque para realizar una excursión de 12 millas sin un mapa. Los voluntarios de búsqueda y rescate no están bien preparados para ayudar durante estos tiempos.
“Cada vez que se despliega un equipo de SAR (Search and Rescue, “Búsqueda y Rescate”), los miembros de ese equipo se ponen voluntariamente en peligro con el único propósito de ayudar a alguien que lo necesita,” escribió Ari Forteni, el presidente de SAR. “Con el virus COVID-19 que sigue propagándose, cada vez que se llama a un equipo, ahora nos enfrentamos a una amenaza adicional más allá de los peligros normales.”
Una de las últimas salidas que permanecen abiertas en el Bosque Experimental Bent Creek, un Área de Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
En Appalachia, muchos de sus populares parques están cerrando sus senderos y campings para limitar la presión en los voluntarios de rescate y prevenir senderos congestionados. El Bosque Estatal de Dupont, con sus conocidas cascadas, cerró el 23 de marzo. El Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes cerró sus puertas el 24 de marzo. Y el Arboreto de Carolina del Norte, justo a las afueras de Asheville, también echó el cierre el 30 de marzo.
Hasta la fecha, siete empleados del Servicio de Parques de EE.UU. han dado positivo por el coronavirus, aunque el Servicio de Parques no dijo dónde trabajaba cada empleado. Un empleado del Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes dio positivo por el coronavirus la semana pasada – un día después de que cerrase el parque.
Sin embargo, muchos parques nacionales permanecen abiertos. Eso es debido en gran parte a que el Departamento del Interior de la Administración Trump todavía ha de cerrar el Servicio de Parques por todo el país; más de 300 parques siguen abiertos. Muchos símbolos nacionales ya se han cerrado, como el Monumento Nacional de los Arcos, Yellowstone y la Estatua de la Libertad. Sin embargo, la decisión de aislar parques no siempre es tan clara ni simple.
En el caso de muchos parques y áreas de recreación, los visitantes vendrán independientemente de si están oficialmente cerrados. Con la dotación actual y los niveles de recursos, lo que puede hacer el Servicio de Parques es limitado. El Sendero de los Apalaches, por ejemplo; es casi imposible cerrar un sendero que recorre la longitud de los Estados Unidos. “El Sendero de los Apalaches, dada su popularidad creciente durante las últimas semanas, ya no es un espacio viable para practicar el distanciamiento social,” anotó la Conservación de Senderos Apalaches, que cerró los puntos de partida de las rutas. Muchos excursionistas que planeaban hacer el sendero están posponiendo o cancelando sus viajes porque sienten una responsabilidad moral por proteger la salud pública.
For many parks and recreation areas, visitors will come regardless of whether it is officially closed. The Park Service can only do so much with current staffing and resource levels. The Appalachian Trail, for example, is nearly impossible to close a trail that runs the length of the United States. “The Appalachian Trail, given its ever-increasing popularity over the past weeks, is no longer a viable space to practice social distancing,” the Appalachian Trail Conservancy noted, and closed its trailheads. Many thru-hikers who planned to do the trail are postponing or canceling their trips because they feel a moral responsibility to protect public health.
El personal del Servicio del Parque de Senderismo Apalache, al igual que el Bosque Nacional Pisgah en Carolina del Norte, tiene muy poco control a la hora de detener todo acceso al sendero. Pueden bloquear carreteras y puntos de acceso, pero los excursionistas resueltos todavía pueden llegar hasta allí. Cerrar el parque por completo podría significar menos miembros de personal in situ para asistir a los excursionistas heridos. Así, algunos parques están minimizando el acceso a la vez que permanecen abiertos.
El punto de partida de la Ruta Cumbre Arroz presentaba barricadas, pero no señales para indicar el cierre. Los coches se alineaban al lado de la carretera y la gente todavía entraba en los senderos.
Cerrar los parques también puede perjudicar a las economías locales enfocadas en las actividades al aire libre. La clausura de parques tendrá efectos devastadores en comunidades como Fayetteville, en Virginia Occidental; Asheville, en Carolina del Norte; y Gatlinburg, en Tennessee, que dependen del turismo. Gatlinburg, en el condado de Sevier, por ejemplo, es una entrada importante a las Grandes Montañas Humeantes y alberga el parque temático Dollywood. En 2019, el condado recibió 11 millones de visitantes. Este año, esos números caerán en picado, lo que tendrá un efecto devastador en restaurantes, compañías de guías turísticas y en los ingresos fiscales a nivel local.
Aunque dejar áreas afectadas para el consuelo, y el disfrute de espacios verdes puede que suene responsable, ignora la posibilidad de la propagación comunitaria. En Appalachia, donde la infraestructura sanitaria no siempre es tan fuerte como en las zonas urbanas, el impulso a entrar en el bosque podría tener consecuencias drásticas. Las zonas dependientes del turismo tendrán que capear un declive económico en los próximos meses; si la gente practica el distanciamiento social, no tendrán que aguantar también una decadencia sanitaria.
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Alena Klimas es escritora y cofundadora de expatalachians. También maneja el boletín semanal “The Patch”. Klimas se mudó recientemente a Asheville, Carolina del Norte, para trabajar en proyectos de desarrollo regional con un pequeña consultoría. Disfruta del aire libre vibrante y la cultura cervecera en su nuevo hogar.
Traducción al español por Rubén Babío y Cayden Gill.