Muchos de nosotros estamos teniendo dificultades en estos momentos, yo también. Vivir separada de mi hogar por un océano durante una pandemia global crea ansiedades nuevas que nunca había experimentado. Me angustio por mi familia y amigos y sobre cuándo podré verles de nuevo. Me inquieto por los bloqueos y las cancelaciones de aviones. Me inquieta la salud de extraños que pasan a mi lado por la calle y mi propia cordura.
Lo que me consuela es saber que no estoy sola en esta situación o estos sentimientos. Como yo, mucha gente está resguardandose en naciones que no son las suyas. He hablado con tres amigos en esta situación exacta: Ana, de Serbia, está viviendo en Escocia, Rubén, de España, que vive en Inglaterra y Annalycia, de los Estados Unidos, que se encuentra a su vez en España. Cada conversación echó luz sobre los distintos enfoques que los países están tomando para contener el virus alrededor del mundo. Lo más importante, lo que he aprendido es que no importa de donde eres – ya sea Appalachia o Galicia- todos estamos afrontando la misma crisis.
El virus desafía fronteras, así que la situación en Serbia, el Reino Unido o España importa a Appalachia tanto como la historia de Appalachia debería de importar a estas naciones. Ahora es el momento de crear compañerismo entre fronteras y tomar una postura de solidaridad los unos para con los otros.
El 14 de marzo el gobierno de Serbia declaró una emergencia nacional. Días después del anuncio normas estrictas fueron puestas en práctica. Como describió Ana, el método serbio es bastante diferente al del que tomó el Reino Unido. “Durante tres semanas, pienso, tuvieron un toque de queda, una cuarentena muy estricta. La gente está siendo ahuyentada de las calles por la policía”, explicó.
Aún más, el gobierno serbio impuso reglas de cuarentena estrictas para los serbios regresados. Muchos trabajan en el extranjero en otros países europeos y cuando volvieron a casa en números récord durante la cuarentena, el gobierno tomó acción. Aunque forma parte de Europa, Serbia no es miembro de la Unión Europea (UE). Esta separación diplomática de la UE permitió al gobierno serbio contactar con China para pedir ayuda. China respondió enviando profesionales médicos y recursos.
Mientras que Serbia y el resto de Europa están en medio de la pandemia del Covid-19, China está empezando a recuperarse.
“Siento como si todo el mundo estuviese relajado mientras que sólo estaba en China y no estaban ni siquiera siguiendo lo que pasaba allí. Si lo hubiesen hecho (prestar atención) todo el mundo podría haberse preparado en Europa un poco mejor de lo que están ahora”, señaló Ana. Continúa, “Creo que lo que se puede aprender globalmente es simplemente preocuparse un poco más por lo que está ocurriendo en otros países”.
Rubén, en cuarentena en Inglaterra, hizo eco de muchos de los sentimientos de Ana. Su país de origen, España, posee el segundo número más alto de casos confirmados (detrás de EEUU). Como Ana, expresó sentir ansiedad al ver la situación desenvolverse en su país y se sintió aliviado de no estar en casa. “Es mucho mejor estar aquí (en Inglaterra) porque todavía podemos salir a la calle”, dijo.
España se encuentra bajo un bloqueo estricto. Los españoles sólo pueden dejar sus casas para acceder a servicios esenciales como supermercados o farmacias. El Reino Unido también ha implementado medidas de lockdown, pero sin una aplicación estricta. A los británicos se les permite salir afuera para hacer ejercicio diario y visitar comercios esenciales como las tiendas de alimentos.
Pese al caos global, Rubén está usando la cuarentena como un tiempo de reflexión. “Estoy trabajando en mí mismo y en crecimiento personal”, explicó. Con su trabajo ahora en línea, Rubén por fin tiene tiempo para enfocarse en sus pasiones y aficiones que había descuidado, como correr o la jardinería. Estas válvulas de escape le ayudan a sobrellevar lo que si no sería un período de mucho estrés.
Annalycia, que está bloqueada en España, también está encontrando actividades para mantener su cordura; en particular ver la tele, leer y pasar tiempo con sus compañeros de piso. Radicada en el sur de España, Annalycia vive en un área rural.
“Vivir en la parte de España menos conectada me ha hecho algún que otro favor por primera vez”, dijo. Con esto quiso decir que su comunidad parece en cierto modo desconectada del caos que está ocurriendo en Madrid y otras ciudades densamente pobladas. Sin embargo, esta separación es también preocupante.
Los peores casos han sucedido en lugares que son ricos. Y están poniéndose como locos porque no tienen acceso a cosas”, Annalycia dijo. Si la situación empeora en su comunidad, teme que no habrá recursos suficientes para proteger a la gente. A pesar de la ansiedad subyacente sobre el futuro, Annalycia se siente segura de su decisión de quedarse en el país.
Como Annalycia, me siento segura en mi decisión de quedarme en Reino Unido. Si hubiese viajado de vuelta a casa, podría haber propagado el virus inconscientemente o poner en peligro a mi familia.
Este es un momento terrible de veras alrededor del mundo. Bodas, conciertos y graduaciones están canceladas. Los números de muertos continúan aumentando junto con las temperaturas a medida que llega la primavera en el hemisferio norte. Todo lo que podemos hacer ahora mismo es aferrarnos a los pequeños momentos de alegría y apoyarnos los unos a los otros en estos momentos difíciles. Aunque parece un poco distópico, el internet nos mantiene conectados. A través de videollamadas (cartas digitales) y memes podemos ponernos en contacto con seres queridos, aliviar nuestra ansiedad y reírnos un poco.
Ana, Rubén y Annalycia, como el resto de nosotros, permanecen lo más sereno posible en este momento de incertidumbre. Ninguno de nosotros sabe cuando acabará esto, pero mientras tanto podemos continuar compartiendo historias, amabilidad y conocimiento.
Actualmente Annie está acabando su máster en línea desde los confines de su apartamento compartido en Edimburgo. Está encontrando momentos de júbilo en paseos con su compañera de piso, días más largos y menos tráfico.
La versión española de esta historia ha sido traducida por Rubén Babío, quien fue entrevistado para esta historia. Rubén es maestro de español para estudiantes británicos. Desde que las escuelas están cerradas por este año, puede utilizar sus habilidades lingüísticas para la traducción. Además de español e ingles, Rubén habla francés y aprende árabe e italiano.