Highlander Folk School: El Corazón de la Organización Apalache

Si alguien puede asegurar ser el lugar de nacimiento del movimiento progresista en Appalachia, es la Escuela Popular Highlander (Highlander Folk School en inglés) en el este de Tennessee. Enfrentándose a cuestiones de raza, clase, género y sexualidad, la Escuela Highlander fue formativa para muchos activistas americanos como Rosa Parks y Merlin Bishop. Hace casi 87 años, el proyecto comenzó simplemente como un espacio para encontrar comunidad y justicia.

La Fundación de Highlander

En 1932, Myles Horton, Don West y Jim Dombrowski fundaron la Escuela Popular de Highlander en Monteagle, Tennessee, como un centro de educación y organización obrera. Myles Horton, a menudo reconocido como el fundador, nació en 1905 en Savannah, Tennessee, de padres de clase obrera que estaban involucrados en la lucha obrera contra las principales compañías mineras. Trabajó y recibió su educación a la vez que se implicó en las luchas obreras. En 1920, Horton viajó a Dinamarca para observar las famosas universidades populares del país, que combinaban una formación en habilidades prácticas con un curriculum enfocado en la comunidad, la tolerancia y la concienciación global. Pocos años después de volver a casa, Horton se asoció con West y Dombrowski para crear Highlander.

Los primeros grandes proyectos de Highlander se centraron en la alfabetización y los trabajadores. Las clases de alfabetización para adultos fueron clave para crear unos cimientos de educación en la escuela y así mejorar las bajas tasas de alfabetización de los habitantes blancos y negros a comienzos de los años 1900. Highlander también fue el centro neurálgico de los talleres sindicales del Congreso de Organizaciones Industriales (Congress of Industrial Organizations). Uno de los sellos distintivos del método de Highlander era asegurar que los talleres sindicales y las clases de alfabetización siempre fueran mixtas en género y raza. Para algunos, esta era la primera vez que estaban en un contexto de género mixto y era uno de los únicos lugares en el sur para la socialización interracial.

La pedagogía de la escuela fue revolucionaria. Estaba basada en un modelo de educación popular en vez del modelo tradicional bancario. El modelo de educación bancario depende de una relación profesor alumno en la cual un profesor posee toda la información y se la da al alumno. Pero la educación popular rompe la relación de poder y crea un espacio donde todos son aprendices, juntando a la gente para hacer frente a los retos del analfabetismo, el racismo, el sexismo y la explotación económica.

Gráfico adaptado de Burke, Bev. Educación para Uniones Cambiantes. Toronto: Editorial Between the Lines, 2002. A través de Labornotes.org.

No se restringe a Appalachia, el sistema educativo de Myles Horton tuvo una presencia global. Horton conoció a Paulo Freire y debatieron sobre ideología y educación- Freire era un activista y teórico poscolonial de Brasil cuyo trabajo fue influyente en toda América del Sur. Los dos revolucionarios escribieron un libro, “Caminando Hacemos el Camino: Conversaciones sobre Educación y Cambio Social” (“We Make the Road by Walking: Conversations on Education and Social Change”).

La reputación de la escuela pronto aumentó en la región, aunque era por el bien común -o el mal- dependiendo de con quien hablase uno. Para sus detractores, Highlander estaba produciendo “agitadores” que estaban insatisfechos con su realidad diaria. Pero para sus defensores, la escuela daba a los estudiantes las herramientas para crear cambio social, ya fuese al frente de acciones obreras o de protestas contra la segregación.

Raza y Derechos Civiles

A principios de los años 1950, Highlander comenzó a comprometerse activamente con el Movimiento por los Derechos Civiles. La escuela invitó a líderes para desarrollar ideas en torno al activismo. Durante el programa escolar, activistas y líderes de comunidades se reunieron para encarar la segregación y el racismo en los Estados Unidos. Entre sus alumnos más notables  se incluyen Martin Luther King Jr., Rosa Parks, Ralph Abernathy y John Lewis. El prestigio de la escuela como un centro de coordinación izquierdista incluso siguió a sus alumnos. En 1956, Martin Luther King Jr. fue acusado de asistir a una “escuela de formación comunista” después de que saliera a la luz su implicación con Highlander.

Septima Clark era la Directora de Talleres de Highlander durante esas reuniones de Derechos Civiles. Después de su período con Highlander, Clark fundaría una serie de “Escuelas de la Ciudadanía” que se concentraban en ayudar a los americanos negros a superar las pruebas de alfabetización para votar en el “Sur Profundo” (Deep South). Estos programas fueron una parte importante del programa de la Conferencia Sur del Liderazgo Cristiano en los años 1950. Clark fue una fuerza extraordinaria que enseñó, organizó y dejó su marca en la escuela.

Sin embargo, los famosos líderes de la escuela no fueron su único emblema memorable en esta época. Highlander sobresalió de maneras diferentes. Su activismo y su debilidad por desarrollar una cultura juntó a la gente. Así, la escuela se valió estupendamente de la música folk para movilizar el cambio social. Artistas y activistas se reunían en la escuela y elaboraron melodías que todavía son interpretadas en manifestaciones por toda América.

En particular, la canción “Pequeña Luz Mía” (“Little Light of Mine”) fue popularizada y producida durante una formación donde Rosa Parks, Pete Seeger y Martin Luther King Jr. se reunieron para compartir ideas. Esta canción se ha convertido en una canción de gospel en iglesias del sur. Se canta a favor de la esperanza que hace frente a la oscuridad. Desde el movimiento “Ocupa Wall Street” (Occupy Wall Street), protestas anti OTAN hasta coros de iglesia, la canción ha cobrado un significado y una fuerza mayor de lo que muchos imaginan.

“¿De Qué Lado Estás? de Pete Seeger

Retroceso

Debido a su éxito en la formación de activistas sociales, la escuela comenzó a sufrir amenazas y ataques de políticos sureños que estaban en contra de los derechos civiles. Esta oposición culminó con el gobierno del estado de Tennessee revocando el estatuto de la escuela y confiscando su propiedad en 1961. En ese momento, la escuela cambió su nombre y se trasladó a Kentucky.

«Martin Luther King Jr…. En una Escuela de Formación Comunista.» A través de Tennessee History.

Desde jefes de compañías amenazando la propiedad hasta líderes políticos actuales exigiendo su remoción de los libros de historia, la escuela soportó de todo. Highlander sobrevivió los años del Macartismo y del Terror Rojo al tiempo que mantenía una reputación comunista.

Formando la Juventud del Mañana

Mientras el Movimiento por los Derechos Civiles se desvanecía en el tumulto de los años 1970, Highlander se dispuso a afrontar diferentes cuestiones en Appalachia, como problemas económicos y ambientales. En 1972, el centro regresó a Tennessee, esta vez a New Market, donde hoy permanece. La escuela también cambió su nombre de Escuela Popular de Highlander a Centro de Investigación y Educación Highlander.

Aunque es más conocido por su trabajo en derechos civiles, Highlander continúa su misión para proporcionar una educación popular y que empodere a todos los apalaches. En una entrevista de 2017 la educadora de Highlander Susan Williams describió el currículum de la escuela diciendo “la educación y la organización populares son en realidad un sólo proceso: gente que une esfuerzos intentando descubrir la solución a un problema, aprendiendo más, hablando sobre ello, pasando a la acción y después reflexionando e intentando resolver qué hacer de nuevo.”

Muchos de los programas recientes en Highlander se centran en la formación de liderazgo juvenil. En el programa Semillas de Fuego (Seeds of Fire), por ejemplo, los jóvenes pasan un año desarrollando habilidades profesionales y aprenden sobre los procesos políticos que les posibilitarán convertirse en futuros líderes. De forma similar, el Proyecto Permanece Junta Juventud Apalache (Stay Together Appalachian Youth (STAY) Project) se concentra en crear comunidades inclusivas en Appalachia que ayuden a los jóvenes a quedarse y hacer la diferencia. La visión de STAY manifiesta “Nosotros visualizamos una Appalachia Central sostenible económica y medioambientalmente donde los jóvenes tengan el poder de construir y participar en comunidades diversas, inclusivas y prósperas.”

El Centro de Educación y de Investigación Highlander continúa respondiendo a los asuntos políticos a la vez que permanece fiel a sus críticos fundamentos pedagógicos. Además de programas juveniles, Highlander organiza muchas becas de investigación, talleres y eventos con frecuencia.

“Continúa vivo porque sigue siendo auténtico”


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Alena Klimas es escritora y cofundadora de expatalachians. Klimas es una apasionada del desarrollo económico y de la comunidad en Virginia del Oeste.


Traducción al español por Rubén Babío.

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