No se habla lo suficiente de raza cuando se trata de Virginia Occidental. De hecho, Virginia Occidental es representada como un estado arquetípicamente “blanco”, por ambos extranjeros y locales, una noción que de forma arbitraria elimina a muchos montañeros de color. Aunque este motivo fue recientemente evocado en debates posteriores a 2016 sobre la “clase trabajadora blanca” de Virginia Occidental, en ningún otro lugar resulta más atroz que en la amnesia colectiva del estado acerca de su historia esclavista.
De acuerdo con una lectura tradicional de la historia de Virginia Occidental, la esclavitud no tuvo cabida en las montañas. Con su terreno escabroso, los historiadores a menudo retrataron Virginia Occidental como inhóspita para la agricultura de cultivo y, por consiguiente, para el cautiverio. Sí, la esclavitud era legal, y sí, alguna gente poseía esclavos, pero eran la excepción. De todas modos, el argumento consistía en que Virginia Occidental era claramente anti-esclavitud porque se había separado de Virginia durante la Guerra Civil.
Esta narrativa sigue siendo enseñada en la mayoría de las aulas de Virginia Occidental. En los objetivos de aprendizaje de ciencias sociales más recientes de Virginia Occidental -que representan lo que las autoridades estatales piensan que cada ciudadano de Virginia Occidental debería saber al finalizar la educación secundaria-, la esclavitud se menciona dos veces: siempre en un contexto nacional en vez de estatal, y siempre sepultado en una lista interminable de otros temas como el desarrollo económico y los derechos estatales. De manera similar, al leer un libro de texto de historia de Virginia Occidental de 8o curso del 2013, uno podría pensar que Virginia Occidental era un bastión del abolicionismo contra el este esclavista:
Muchos occidentales lucharon por la emancipación (liberación) de los esclavos. Sin embargo, el gobierno de Virginia no tomó esta decisión, pues la legislatura estatal estaba bajo control de los esclavistas del este… Cuando los occidentales afirmaron que la esclavitud se oponía al espíritu de la Declaración de Independencia, los habitantes del este contraargumentaron diciendo que los padres fundadores habían rechazado la idea de incluír la emancipación de los esclavos en la Constitución.
Dicho de manera sencilla, esta narración es mentira.
“Las actitudes raciales hacia los negros en Virginia Occidental eran las mismas que en el resto del Sur. La mayoría de los blancos en lo que entonces era Virginia noroccidental, consideraba la esclavitud normal y apropiada”, apunta Adam Zucconi, un profesor adjunto de historia en el Richard Bland College of Wiliam & Mary que estudia las actitud blancas hacia el cautiverio en Virginia Occidental con anterioridad a la Guerra Civil.
Además de malinterpretar el punto de vista de los montañeros, esta narrativa, patrocinada por el estado, elimina eficazmente la presencia dominante de la esclavitud en Virginia Occidental. Aunque el porcentaje de población esclava, entre un 5 y un 7%, pueda parecer pequeño comparado con estados como Mississippi y Virginia, las cifras globales esconden una historia mucho más importante. Los esclavistas dominaban la economía estatal en el período anterior a la Guerra Civil, poseyendo entre un 33 y un 40% de la tierra en Virginia Occidental y el este de Kentucky, riqueza que se traducía en un poder político y social desproporcionado. De manera más insidiosa, las leyes locales requerían que los blancos que no poseían esclavos pagasen por las patrullas de esclavos comunitarias y participasen en ellas. Estas patrullas supusieron una institución altamente controvertida, sobre todo porque protegía la propiedad de los esclavistas pudientes con fondos públicos e implicaban a comunidades enteras en la perpetuación de la esclavitud, generando un rencor intenso entre afroamericanos y blancos de clase trabajadora.
En 1860, los esclavos estaban presentes en distinta proporción en todos los estados de Virginia Occidental, salvo uno. Las mayores concentraciones estaban en Eastern Panhandle, donde los esclavos utilizados como fuerza de trabajo agrícola conformaban casi un tercio de la población del condado de Jefferson, y al sudeste, donde el ferrocarril de Virginia y Tennessee había abierto recientemente las montañas a la agricultura basada en el trabajo esclavo. En el centro norte y suroeste del estado, donde los porcentajes de esclavos eran menores, los cautivos eran empleados como mozos de labranza, trabajadores domésticos, o en posiciones de servicio como sirvientes de cocina o barberos. Como quiera que fueran empleados, los negros esclavizados se enfrentaban de manera constante a la realidad brutal de la esclavitud. “No importa cuán relajada o menos violenta la esclavitud pudo haber sido en ciertas partes del estado, la dinámica de poder a través del esclavismo y la supremacía blanca estaban siempre presentes”, apunta Cicero Fain, profesor de historia en el College of Southern Maryland y autor de un libro sobre el Huntington afroamericano.
Además de una mayor generalización de la que describen las narrativas oficiales, el trabajo forzado formaba la base de actividades industriales consideradas como prototípicas de Virginia Occidental. Destaca Charleston, la capital de Virginia Occidental, en un primer momento creada como centro de la industria de la sal de Kanawha Valley, basada en la esclavitud. En 1850, más de 3.000 esclavos fueron empleados en la producción de sal en el condado de Kanawha y sus alrededores, donde hicieron de todo: desde ocuparse de las fraguas a altas temperaturas hasta extraer carbón en condiciones extremadamente peligrosas. Con las fraguas de sal funcionando 24 horas al día, seis días a la semana, la industria salina de Kanawha Valley era tan brutal que los empresarios preferían arrendar antes que adquirir esclavos para trabajar.
De manera similar, el famoso complejo vacacional Greenbrier, en White Sulphur Springs, ahora conocido por sus torneos profesionales de golf (PGA por sus siglas en inglés) y antiguo búnker congresista, también comenzó con la esclavitud. De hecho, toda la industria balnearia apalache centrada en White Sulphur Springs apareció a mediados de los años 1800, en parte como un movimiento “compra en el Sur” de los esclavistas en un intento por escapar del despiadado calor de los veranos sureños y al mismo tiempo eludir los complejos vacacionales del Norte abolicionista. En un momento dado, el centro Greenbrier aseguró poseer esclavos por el valor de 56.000$, y un gran número de esclavos locales y rentados fueron empleados junto a negros libres para entretenir y servir a la élite de la sociedad esclavista sureña.
Aunque el porcentaje de esclavos residentes variaba en cada condado, la construcción de importantes obras públicas estatales dependía asimismo de la labor esclava. Los esclavos eran contratados para construir mejores infraestructuras de transporte, como el ferrocarril de Baltimore y Ohio, que supuso el crecimiento de ciudades como Clarksburg, Parkersburg y Wheeling. Lo peor es que esas mejoras hicieron de Virginia Occidental un nexo central en el comercio interior de esclavos en América, con grandes números de esclavos arreados en dirección oeste a través de las montañas. En particular, Wheeling (entonces la ciudad más grande de Virginia Occidental) fue, hasta por lo menos 1830, una estación principal en el traslado de esclavos desde el este de Virginia a lo largo de la National Road y por el Río Ohio. Aunque Wheeling nunca tuvo una población esclava permanente importante, las condiciones de la ciudad para los esclavos en tránsito eran lo suficientemente inhumanas como para inspirar al afamado activista Quaker, Benjamin Lundy, a adoptar el abolicionismo. Así, incluso el centro del movimiento estatal en Virginia Occidental estaba implicado en esta peculiar institución.
Aunque la documentación de las características de la esclavitud en Virginia Occidental sigue siendo un objetivo clave para la historiadores, recalcar cómo los afroamericanos esclavizados eran agentes activos en sus propias vidas resulta igualmente importante. “A pesar de su situación, la gente negra ejercía una agentividad negra en el día a día. Los esclavos rompían herramientas o daban un paseo y después simplemente desaparecían durante algunos días para protestar contra su condición”, dice Cicero Fain. En especial, cerca del Río Ohio, “Los esclavos se escapaban siempre que fuese posible. Aunque es importante no mitologizar el Ferrocarril Subterráneo (Underground Railroad), estaba ahí, y los esclavos se aprovecharon de ello”, añade Fain.
A fin de cuentas, la forma más significativa de la agentividad negra pudo haber sido lo que los esclavos hicieron después de ser liberados: dejar Virginia Occidental para siempre. Fain anota:
La razón más relevante para descreditar la idea de una esclavitud más benigna en Virginia Occidental es la emigración masiva desde los condados del sur tras la Guerra Civil. La gente no se quedaba para estar en buenos términos con los antiguos amos, se marchaban. Creo que eso revela mucho del deseo de mantener la supremacía blanca en esas zonas. Desafortunadamente, esa despoblación significó que existiría otra generación más antes de que hubiese la suficiente gente negra para formar la clase profesional necesaria para luchar por sus derechos en el estado.
A pesar de que se han realizado muchos progresos en los últimos años para recobrar y recontar las experiencias de los esclavos de Virginia Occidental, la narración tradicional sigue siendo poderosa, y los habitantes de Virginia Occidental aún han de lidiar de forma íntegra con el legado esclavista del estado. “Todavía hay historias que contar”, dice Fain. A medida que expatalachians continúa explorando la historia negra apalache durante y allende febrero, recordemos que la aparentemente distante historia de la esclavitud todavía hoy vive en nosotros.
Algunas fuentes recomendadas acerca de la esclavitud en Virginia Occidental y Appalachia:
- Slavery in the American Mountain South (“La Esclavitud en el Sur Americano de Montaña”) de Wilma Dunaway
- Appalachians and Race (“Apalaches y Raza”), editado por John Inscoe
- The Antebellum Kanawha Salt Business and Western Markets (“El Negocio de la Sal de la Kanawha Prebélica y los Mercados Occidentales”) de John Stealey
- Black Huntington: An Appalachian Story (“Black Huntington: Una Historia Apalache”) de Cicero Fain
- Appalachian Slave Narrative Database (“Base de Datos de las Narrativas de los Esclavos Apalaches”) de Wilma Dunaway
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Nicholas Brumfield es nativo de Parkersburg, Virginia Occidental y actualmente trabaja en Arlington, Virginia. Receptor en 2007 del West Virginia Golden Horseshoe por un conocimiento excepcional de la historia de Virginia Occidental.
Traducción al español por Rubén Babío.