Maynardville, Tennessee. A través de NYPL (New York Public Library).
Necesitamos hablar de raza.
Es un hecho que Appalachia es diversa, racial y culturalmente. Dicho esto, hay sin duda mucha gente blanca, y nuestras historias tienden a dominar la narrativa de Appalachia.
“En los Estudios Apalaches, reforzamos la normalidad de la blancura definiendo a los montañeros en términos de su clase y región (y ocasionalmente género), aunque raramente reconociendo o analizando su raza – a menos que sean ‘no-blancos,’” escribió Barbara Ellen Smith.
Si bien la clase, la región y el género, todas son partes importantes de la identidad apalache, la falta de discusión sobre la blancura me preocupa como persona blanca.
“La raza ha sido hilada en el tejido social estadounidense en parte a través de procesos que no se anuncian como racistas o siquiera raciales», escribió Smith. El tiroteo reciente de un hombre negro en un pueblo pequeño a lo largo de la costa georgiana lo dejó sobradamente claro.
El 23 de Febrero, Ahmaud Arbery, un hombre negro, fue asesinado por dos hombres blancos mientras corría en un barrio cerca de Brunswick, Georgia. Los hombres blancos que mataron a Arbery eran padre e hijo, Gregory y Travis McMicheal. Gregory, un ex oficial de policía del condado de Glynn, dijo a la policía – también del Departamento de Policía del Condado de Glynn – que Arbery “parecía un hombre sospechado de varios robos en la zona,” a pesar del hecho de que sólo se registró un robo en enero.
Como las noticias del coronavirus dominaban los titulares, el juicio pasó relativamente desapercibido fuera de los medios locales hasta que un video salió a la superficie.
El 7 de Mayo, los McMichaels fueron finalmente detenidos y procesados por las autoridades estatales, después de retrasos en el procesamiento local. El 8 de Mayo – el cumpleaños de Arbery – sus partidarios caminaron, trotaron y corrieron 2.23 millas para conmemorar su muerte, que fue documentada a través de las redes sociales con los hashtags #YoCorroConMaud y #JusticiaParaAhmaud.
Arbery está lejos de ser el único hombre negro asesinado en años recientes. Eric Garner, Michael Brown, Ezell Ford, Trayvon Martin, Tamir Rice, Terence Crutcher y Walter Scott están entre el resto de los hombres y chicos que perdieron sus vidas a manos de la supremacía blanca.
Algunos de esos violentos asesinatos fueron titulares nacionales, pero muchos otros, incluidos los ocurridos en Appalachia, no lo fueron. Incluso las historias que sí aparecen en los títulos nacionales se olvidan rápidamente. Ese fue el caso cuando James Means, un chico de 15 años de Charleston, Virginia Occidental, fue asesinado en 2016.
El asesino, William Pulliam, un hombre blanco de 62 años, dijo a la policía durante su confesión, “Como yo lo veo, es otra pieza más de basura fuera de la calle.”
El podcast Nosotros y Ellos continuó informando sobre el caso años después de que otras fuentes periodísticas lo olvidaron. Después de muchos retrasos en el juicio y finalmente llegar a un acuerdo sobre un trato, Pulliam se ahorcó. Nunca hubo una audiencia de sentencia, dejando a Faye Adkins, la madre de Means, sin poder pasar página.
Hombres y niños negros no son los únicos asesinados por la supremacía blanca. Las mujeres negras, las personas trans y no binarias también experimentan esta violencia. Los asesinatos de mujeres trans negras, en particular, son frecuentemente ignorados por ambos medios de comunicación y el sistema de justicia.
El reciente asesino de Breonna Taylor, una mujer de 26 años y Técnico de Emergencias Médicas de Louisville, Kentucky, de nuevo destaca el peligro de simplemente existir como una persona negra.
“Según la demanda, interpuesta el 27 de abril, la policía de Louisville ejecutó una orden de registro en la casa de Taylor, buscando un hombre que no vivía en el complejo de apartamentos de Taylor y que ya había sido detenido,” informó el Washington Post.
Las redadas “inesperadas”, como la realizada por la policía en el asesinato de Taylor, son notoriamente mortales. Confunden a los ciudadanos, producen lesiones mortales y la policía a menudo se presenta con las manos vacías.
Como Taylor, Atatiana Jefferson, fue asesinada en su casa por la policía en 2019. Sandra Bland murió en 2015 en circunstancias sospechosas bajo custodia policial después de un arresto violento. La grabación que salió a la superficie años después de su muerte desató la indignación nacional.
Los sesgos históricos y estructurales significan que las personas negras son ignoradas, deshumanizadas o amonestadas por “la manera en que actúan” por el sistema judicial. Los asesinatos modernos de individuos negros por hombres blancos tienen raices profundas en la larga historia de linchamientos – asesinatos por una supuesta ofensa sin juicio – en los Estados Unidos tras la Guerra Civil.
“La mayoría de los linchamientos que tuvieron lugar ocurrieron en el sur. Una razón importante fue el fin de la Guerra Civil. Una vez que a los negros les fue dada su libertad, muchas personas sintieron que los negros liberados salieron beneficiados con demasiada libertad y sintieron que necesitaban ser controlados.” explicó el NAACP (National Association for the Advancement of Colored People, “Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color”).
Los blancos justificaron los delitos diciendo que era para proteger a las mujeres blancas. En realidad, era una manifestación de supremacía blanca.
Uso la definición del académico Frances Lee Ansley de la supremacía blanca:
Por “supremacía blanca” no quiero aludir sólo al racismo cohibido de los grupos discriminatorios de supremacistas blancos. Me refiero en su lugar a un sistema político, económico y cultural en que los blancos controlan abrumadoramente el poder y los recursos materiales, las ideas conscientes e inconscientes de la superioridad blanca están muy extendidas, y las relaciones de dominación blanca y subordinación no blanca se recrean diariamente en una amplia gama de instituciones y entornos sociales.
La supremacía blanca impregna este país desde California a Appalachia. Los videos de individuos negros asesinados provocan una protesta pública, pero re-traumatizan la comunidad negra, que vive cada día con la violenta historia de la esclavitud y el linchinamiento y la realidad del racismo institucional.
El desapoderamiento que sienten muchos apalaches blancos también se deriva de la supremacía blanca, que construye ideas sobre clase basadas en el estatus socioeconómico y alimenta el racismo a través de la ansiedad económica. Sin embargo, en términos de raza, los apalaches blancos siguen siendo priveligiados en comparación con las personas de color.
Con esto no queremos subestimar las luchas de muchos apalaches blancos, pero como escribe Tim Wise:
Sí, es verdad que millones de blancos están doloridos. Y ese dolor merece ser abordado. Pero entonces también debemos abordar el dolor de la inequidad racial, que continua marginando a la gente de color y elevando a los blancos como regla general. Los trabajadores negros son típicamente los primeros despedidos en una recesión económica, y siguen siendo dos veces más propensos a ser desempleados y son tres veces más propensos que los blancos a ser pobres, en buenos tiempos o malos, e independientemente del logro educativo.
Ya es hora de que nosotros apalaches blancos nos reconciliemos con nuestra autocomplacencia con el racismo. El racismo es un problema blanco y, por lo tanto, nuestra responsabilidad erradicarlo. No más individuos negros deberían morir por supremacía blanca. Necesitamos educarnos, hablar más alto y pasar a la acción.
Si te gustaría compartir los recursos, por favor envía un correo a info@expatalachians.com.
Traducido por Rubén Babío y Cayden Gill.