Aunque crecí bajo la sombra omnipresente de una planta química Dupont en el Valle del Ohio Medio, nunca pensé en la historia o la magnitud de la compañía. Dupont era el principal patrocinador de casi todo evento en la comunidad y por ello se incrustó en el subconsciente de todos. Fue una de las pocas fuentes de prosperidad para la economía y una gran fuente de crisis medioambientales y de salud. No fue hasta el estreno de Dark Waters y una mudanza al oeste de Carolina del Norte que comencé a investigar el alcance global, las catástrofes ambientales y el legado familiar de Dupont.
El mes pasado, mis amigos sugirieron que fuéramos a correr al Bosque Estatal de Dupont cerca de Brevard, Carolina del Norte. Acepté con vacilación, después de escuchar el nombre, supuse que contenía un cierto legado de contaminación química. El Bosque Estatal de Dupont es un refugio para ciclistas y senderistas, así como para 600,000 turistas anuales que quieren una foto junto a las cataratas.
La tierra fue vendida por Dupont entre 1995 y 2000. Antes de ello albergaba una instalación industrial y un área de recreación destinada al disfrute de los empleados y sus familias. Desde entonces la compañía ha repartido la tierra con múltiples propietarios: constructores (contra los que lucharon los lugareños), una compañía de resonancias magnéticas, y (con el tiempo) el estado de Carolina del Norte (por medio de un acuerdo de negociación de fondos). Una cantidad considerable de propiedad privada permanece en el Bosque, pero una algunas cascadas fueron tomadas por el estado por medio del derecho de expropiación.
El alcance de Dupont es asombroso. En Appalachia central, las huellas medioambientales de la compañía puede ser vistas a lo largo de Ohio, Virginia del Oeste, Kentucky, Virginia, Carolina del Norte y Tennessee. La mayoría de los residentes y turistas de Washington DC atravesarán el Círculo Dupont, un monumento al Contralmirante de la Guerra Civil Samuel Francis Dupont. Más allá de América, Dupont tiene negocios en 70 países. Su oficina central permanece en Delaware, donde fue fundada hace más de 200 años.
Delaware fue un refugio y un punto de partida empresarial para Pierre Samuel du Pont de Nermous (más tarde el nombre de la compañía se acortó a “Dupont”), el patriarca de la familia. Pierre Samuel se ganó una reputación por avances científicos sobre la pólvora y tuvo un cargo en el gobierno en la Francia pre-revolucionaria. Después de ser encarcelado durante la Revolución Francesa, huyó a América en 1800.
Antes de llegar, Samuel Pierre ya estaba reuniendo inversores franceses y americanos para una nueva empresa en América. La compañía Dupont tuvo su comienzo oficial en el río Brandywine en Delaware en 1802. Ese mismo año, Samuel Pierre y Thomas Jefferson se escribían para discutir sobre filosofía y política. En los años 1800, la compañía manufacturó pólvora, dinamita y otros explosivos. La familia era como una realeza americana precoz, había incluso rumores de matrimonio endogámico para proteger el preciado linaje. La ciudad de Winterthur, a las afueras de Wilmington, se convirtió en su sede real, donde todavía están situados la sede central, las mansiones y los monumentos.
Después de la Guerra Civil, los primeros problemas medioambientales comenzaron. “La contaminación del agua se convirtió en un problema durante los años 1880 después de la apertura de Repauno Works, cuando los pescadores locales se dieron cuenta de que los ácidos residuales de la fábrica estaban matando los esturiones y los sábalos del río Delaware, anota la página web de Dupont.
Con el paso del tiempo, los Dupont se incursionaron en la política: miembros de la familia actuaron como gobernador (una vez), senador (dos veces) e intermediarios de tratados (dos veces). Sin embargo, su papel en política ha disminuido a medida que su foco de atención se desplazó al negocio de la producción de químicos y a la presión política en el último siglo. Gran parte de su legado puede verse en el Museo Hagley y en las haciendas, tornadas lugares históricos, cerca de Wilmington.
En los años 1920, los Dupont se elevaron a la altura de la riqueza en América. Estuvieron gravemente involucrados en el Proyecto Manhattan, un proyecto del gobierno para desarrollar armas nucleares durante la Segunda Guerra Mundial. Durante mediados del siglo XX, la compañía se hizo global después de expandirse por toda América, gracias a la producción química y a los plásticos como el teflón.
En décadas recientes, los familiares que operan la empresa se han enfrentado a épocas difíciles. En 1996, el por entonces legatario John Dupont asesinó al luchador olímpico David Shultz (representado en el drama reciente Foxcatcher). El siguiente heredero fue declarado culpable de violar a su hija en 2010. Más mala prensa resultó de Dark Waters y mayor conciencia de los químicos C-8/PFAS. Investigadores están descubriendo cuán tóxico y extendido está el PFAS en los acueductos americanos y muchos dedos apuntan a Dupont como un contaminador principal.
Incluso con la mala prensa de la compañía como una gran contaminadora, la familia y la empresa conservan su sitio en el escalón más elevado de la clase americana. Hoy, Dupont continúa siendo una compañía química y productora mayor a nivel global. La familia du Pont de Nemours es por fin la decimoquinta familia más rica en América con unos ingresos de 14.3 billones de dólares. La generación más joven está forjando nuevas rutas – una en el remoto Idaho. Gran parte de la filantropía de la familia y de la compañía tradicionalmente ha ido hacia la asistencia médica.
Como otras familias históricamente adineradas, el legado de los Dupont en Appalachia es ambivalente. Dupont fue un pilar de la comunidad del Valle del Ohio Medio desde hace tanto tiempo que poco gente pensó de manera crítica sobre el nombre, las raíces o su alcance. Su legado en Delaware puede que sea más placentero porque allí la familia invirtió serios dólares altruistas, pero en Appalachia el mismo nombre evoca una contradicción moralmente contenciosa.